El Eixample se dota de un plan de usos para preservar el comercio de proximidad y evitar la especulación
13 de enero de 2023
El Gobierno municipal llevará a aprobación definitiva en el próximo plenario una normativa para mantener el equilibrio entre los distintos tipos de establecimientos, promover la diversidad comercial, proteger el día a día del vecindario e impedir la gentrificación y el monocultivo de usos.
Se quiere seguir el modelo de la calle de Girona, donde se impulsó un plan de usos propio antes de que se pacificara la vía y que los restaurantes y actividades se hayan incrementado, evitando que haya saturación y problemas de convivencia.
En los ámbitos y calles ya pacificadas, en pacificación o que se pacifiquen en el futuro se introducen requisitos de densidad y distancia para impedir la concentración de actividades de mayor impacto en los residentes como los restaurantes, discotecas y comercios alimentarios.
En el resto del distrito se aplican condiciones a estas mismas actividades que permiten abrir nuevos negocios de forma ordenada y sostenible.
Proteger el comercio de proximidad, la vida vecinal y la identidad del Eixample y evitar la especulación y la gentrificación. Éstos son los objetivos de la propuesta de plan de usos que el Gobierno municipal llevará a aprobación definitiva en el marco del Plenario del Consejo Municipal de este mes. Se trata de un Plan especial que regula la implantación de las actividades de pública concurrencia, comercios alimenticios y establecimientos vinculados a la movilidad y el turismo en todo el distrito. El documento busca equilibrar los distintos tipos de negocios para hacerlos compatibles con las necesidades del vecindario y garantizar un entorno saludable de un distrito que está viviendo una importante transformación urbana.
La necesidad de este plan de usos se explica por diversas razones. Por un lado, el Eixample es el distrito con más establecimientos en planta baja. Tiene unos 14.000, lo que equivale a uno de cada cinco de los 64.000 los que hay en Barcelona. Y sólo las actividades de restauración suman unos 3.200 establecimientos, lo que supone uno de cada cuatro locales del distrito. Además, un 30% de los locales del Eixample están destinados a las actividades que tienen mayor impacto en el espacio público y el día a día vecinal como la restauración, discotecas, tiendas de alimentación con degustación o supermercados de pequeñas dimensiones que pueden abrir hasta tarde por la noche.
Esta concentración se ve claramente en ámbitos ya pacificados como la calle de Enric Granados o en la parte de la avenida Gaudí que toca la Sagrada Família. En la calle Enric Granados hay 70 restaurantes en nueve tramos de calle, que se concentran especialmente en los tramos Provença-Mallorca (11), Aragó-Consell de Cent (9) y Consell de Cent-Diputació (9). Y en la avenida de Gaudí hay 41 restaurantes en cuatro tramos de calle, concentrados sobre todo en los tramos Sant Antoni Maria Claret-Indústria (11) y Rosselló-Provença (11).
La saturación de estas actividades termina alterando el día a día y perjudicando el descanso de los residentes, con el ruido como uno de los principales problemas. Hoy en día, el 54% de la población del Eixample se encuentra expuesta a más de 50 dB durante la noche, el umbral máximo recomendado por la Unión Europea. Además, las zonas que concentran una mayor densidad de establecimientos son las que originan mayores denuncias y conflictos vecinales.
En paralelo, a día de hoy, en el Eixample se están transformando las calles de Consell de Cent, Girona, Rocafort y Comte Borrell en ejes verdes y se están haciendo cuatro plazas en cruces de Consell de Cent. Esto dará lugar a espacios pacificados con prioridad peatonal que favorecerán el ir a pie y en bicicleta, ya nuevos espacios de encuentro pensados para los usos cívicos a escala de barrio. Esta mejora en la movilidad, el espacio público y la calidad del aire hacen necesario actuar para poner orden a los cambios que podrían producirse en las actividades que se desarrollan en las plantas bajas de los ejes verdes y para evitar la posible expulsión de vecinos y vecinas y que se pierdan servicios de proximidad y las tiendas de siempre.
Se trata de definir una normativa que garantice que no se genere un desequilibrio de usos en los entornos ya pacificados y los que se están pacificando hoy en día. En este sentido, el camino a seguir es el plan de usos del ámbito de la calle de Girona, que se aprobó inicialmente a principios de 2020, antes de que se realizara la intervención táctica para dar más espacio al peatón y en un momento en el que la restauración y las actividades lúdicas y musicales todavía no se habían incrementado. Desde entonces, las actividades han continuado creciendo de forma ordenada y sin crear los impactos negativos de la saturación.
Además del de Girona, en Sant Antoni también se aprobó un plan de usos específico en 2018 que ha ido en esa misma línea. El balance de la aplicación de ambos planes de usos desde su aprobación demuestra un crecimiento ordenado de las actividades de restauración. En Girona, los restaurantes incrementaron en 9 establecimientos, de 349 a 358, un 2,5%. Por el contrario, las actividades de comercio de proximidad han crecido en 90 actividades, que son un 54% de las nuevas actividades. Y en Sant Antoni los restaurantes han crecido en 9 establecimientos, pasando de 445 a 454, un incremento del 2%, y en cambio el comercio de proximidad ha subido en 186 actividades, que son un 60% de las nuevas actividades. Por tanto, se ha dado continuidad al modelo comercial de toda la vida y se ha hecho posible un incremento equilibrado de las actividades de restauración y similares.
El pasado marzo, el Gobierno municipal aprobó inicialmente una primera propuesta de plan de usos del Eixample que en los últimos meses se ha trabajado para incorporar cambios a raíz del estudio de las alegaciones recibidas y del proceso participativo y las conversaciones mantenidas con representantes vecinales, comerciantes y los actores involucrados con el Eixample. El documento que ahora se lleva a aprobación definitiva quiere extender el ejemplo de la calle Girona a las zonas del Eixample pacificadas, en pacificación y que se pacifiquen en el futuro para establecer una regulación que evite el descontrol en la implantación de nuevas actividades, y definir condiciones para el resto del distrito que permitan abrir nuevos negocios de forma ordenada y sostenible.
El objetivo final es evitar que exista un monocultivo de actividades principalmente vinculadas a la restauración y al turismo, hacer compatible la actividad económica con la vivienda y potenciar la implantación de comercios relacionados con las necesidades del día a día y la cotidianidad de los residentes como por ejemplo, charcuterías, librerías, pescaderías, etc. En definitiva, para que Barcelona mantenga su modelo de ciudad modelo de ciudad mediterránea, equilibrada y diversa donde las tiendas de toda la vida sigan abiertas y los vecinos y vecinas tengan cerca de casa los comercios y servicios que necesitan y puedan seguir viviendo en sus barrios.
Evitar la saturación y permitir un crecimiento razonable y sostenible
El plan afecta a todo el Eixample, donde define dos ámbitos diferenciados. A cada uno se aplica una regulación diferente con restricciones adaptadas a cada tipo de calle para la implantación de las cinco actividades con mayor impacto en la vida cotidiana: la restauración, los comercios alimentarios con degustación, las discotecas, los autoservicios –supermercados pequeños que pueden abrir hasta tarde por la noche– y tiendas de conveniencia –tiendas con horarios especiales que pueden abrir de noche.
El primer ámbito corresponde a las calles ya pacificadas, en pacificación o que se pacifiquen en el futuro, y el segundo engloba al resto del distrito. La voluntad es evitar el descontrol y el desequilibrio con normativas adaptadas a la tipología de cada zona, permitir un crecimiento razonable y equilibrado de los establecimientos en el Eixample y evitar la saturación en lugares donde se puedan crear problemas ambientales y de convivencia.
Regulación en ámbitos ya pacificados, en pacificación o que se pacifiquen en el futuro:
Incluye las siguientes zonas y calles:
- Ámbitos del Plan de usos de Sant Antoni y del Plan de usos de la c/Girona.
- Calles ya pacificadas (en todo el tramo de calle que queda dentro del ámbito del plan de usos): Enric Granados, Paseo de San Juan, Avenida Mistral, carretera de Ribes, Avenida Gaudí y, dentro del ámbito de Glòries, el calle de Cartagena.
- Calles en pacificación (en todo el tramo de calle dentro del ámbito del plan de usos): Consejo de Cent, Rocafort, Comte Borrell, Gerona, Tamarit, Parlament y de Aldana.
- Calles que se pacifiquen en el futuro.
Las condiciones que se aplican son:
- Dos limitaciones por radios para evitar la concentración de actividades:
- Máximo 5 establecimientos en un radio de 50 m.
- Máximo 18 establecimientos en un radio de 100 m.
- Distancia lineal de separación de 25 m por restauración, autoservicios, conveniencia y tiendas de alimentos con degustación.
Regulación en el resto de calles y zonas del Eixample
En el resto del distrito se aplican las siguientes condiciones:
- Máximo de 20 establecimientos en un radio de 100 m
A més, a tot el districte queden prohibides les activitats relacionades amb l’exhibició de material pornogràfic i sexual i la prostitució.
Además, en todo el distrito quedan prohibidas las actividades relacionadas con la exhibición de material pornográfico y sexual y la prostitución.
Por último, el plan de usos también incorpora la puesta en marcha de un sistema de información y consulta abierto a la ciudadanía sobre la aplicación de la normativa, con la voluntad de ponerla al alcance de todos y despejar dudas.